La infestación por pulgas es muy frecuente, y aunque a priori es un problema leve, puede resultar muy molesto y perjudicial si no se trata a tiempo. Te enseñamos a reconocer estos parásitos, su modo de actuar y cómo acabar con ellos.
¿Qué son y cómo actúan las pulgas?
Las pulgas son el parásito externo más frecuente en animales de compañía. Son de color marrón y miden tan solo 2 mm de longitud, poseen patas adaptadas para poder saltar de un hospedador a otro y son hematófagos. Estos parásitos son capaces de reproducirse a gran velocidad, poniendo hasta 50 huevos al día sobre el pelo del animal, que caen de estos a las superficies de los lugares en los que se encuentran.
Estos huevos pasan por diferentes estadios hasta llegar a pulgas adultas. El ciclo de vida se completa en unos 12 días en condiciones óptimas, especialmente en primavera y verano, cuando el ambiente es cálido y húmedo, aunque podemos encontrar pulgas durante todo el año.
Las pulgas afectan a la mayoría de animales de compañía, especialmente a perros y gatos, pero también a conejos, hurones y pequeños roedores, así como al ser humano.
Los animales o las personas pueden infestarse si se acercan a otro individuo parasitado o a lugares en los que se han depositado huevos. Se distribuyen por toda la superficie corporal, prefiriendo las áreas más cálidas y los puntos de fricción con la ropa.
Síntomas de pulgas en tu mascota
Los signos clínicos que acompañan a la infestación por pulgas pueden ser muy variados, incluso es posible que algunos animales no muestren ningún tipo de síntoma.
Las picaduras de pulga producen pápulas en la piel del animal, lo que ocasiona un picor intenso que puede provocar eritema, inflamación y pérdida de pelo en estos.
En infestaciones más graves podría producir anemia, manifestándose con debilidad y palidez de las mucosas.
Algunos perros y gatos reaccionan muy intensamente a las picaduras de las pulgas, desarrollando una reacción alérgica a la saliva de la pulga, una enfermedad conocida como dermatitis alérgica a la picadura de pulga (DAPP) provocándoles un intenso prurito, el cual puede originar inflamación e infección de la piel debido al continuo rascado.
La hipersensibilidad a la picadura de pulga es la hipersensibilidad más frecuente de estos animales.Las pulgas también pueden ser portadoras de agentes infecciosos transmisores de enfermedades como la bartonelosis responsable de la enfermedad del arañazo de gato (transmisible a las personas), infección por Rickettsia, hemoplamosis o dipilidiosis, zoonosis producida por un parásito intestinal.
¿Cómo saber si mi mascota tiene pulgas?
Es importante identificar y tratar la infestación por pulgas con rapidez y eficacia para evitar que esta se propague o provoque problemas mayores. Por lo que, si tu animal muestra picor y se rasca, se muerde, se restriega y/o se lame la piel y el pelaje más de lo normal, puedes sospechar de la presencia de pulgas.
Ya que estos bichitos son tan minúsculos, a veces pueden ser difíciles de ver corriendo o saltando sobre la piel o el pelo del animal, por lo que puedes buscarlas utilizando un peine de púas finas. Si observas hacia el tercio posterior y base de la cola unos puntitos de color oscuro, lo más probable es que se traten de los excrementos de las pulgas. Para confirmarlo pon esas motitas en una toallita húmeda y verás aparecer unas manchitas de color marrón rojizo (sangre digerida de tu mascota).
Por tanto, el diagnóstico definitivo implica haber encontrado pulgas adultas y/o sus excrementos.
Tratamiento y prevención
Aquí es donde tenemos que pedir el asesoramiento de nuestro veterinario, ya que, como hemos comentado en artículos anteriores, existen diversos tratamientos antiparasitarios de aplicación mensual o trimestral, ya sea sobre el dorso del animal (spot on) o por vía oral.
Es importante conocer que tan solo un 5% de las pulgas permanecen en las mascotas, el otro 95% están en el entorno, es decir, en la vegetación o en rincones de nuestro hogar.
Por lo que es tan importante tratar a nuestras mascotas como el medio que les rodea.
Las principales recomendaciones para tratar el ambiente son las siguientes:
- Aspirar a fondo la casa, lo que disminuirá la carga parasitaria.
- Lavar las superficies textiles de nuestras mascotas (camas, mantas, ropa, etc.) a una temperatura mínima de 60 °C
- Aplicar productos para su control (sprays o nebulizadores) en los lugares que frecuenta nuestro perro o gato: alfombras, sofás, cojines, camas, armarios, etc.
Una vez que la infestación haya sido erradicada, se deberá continuar protegiendo al animal aplicando de manera periódica un tratamiento antiparasitario para reducir el riesgo de infestación. Esto es recomendable hacerlo durante toda la vida del animal.
Pide consejo a tu veterinario y/o al personal de tienda especializada.